CRECIENDO FIRMES EN LA VIDA CRISTIANA
Heb 10:23 Mantengamos firme,
sin fluctuar, la profesión de nuestra esperanza, porque fiel es el que prometió.
INTRODUCCIÓN.
Es tedioso para muchos líderes y la iglesia ver a muchos
creyentes en un –estira
y encoge-, un día están con Dios y otro con el diablo y viven
fluctuando y vacilando en su vida espiritual.
El tema que hoy expongo, es para conocer la importancia de
saber crecer y desarrollar una vida firme, sin que nos hundamos en el
pecado.
CINCO CONDUCTAS
QUE TODO CREYENTE DEBE EVITAR
(Para que su fe o vida cristiana no se deterioren)
1.
Reincidir
en su vida pasada. Heb 10:38 Mas
el justo vivirá por fe; Y si retrocediere, no agradará a mi alma.
2.
Perder el
entusiasmo espiritual. Apo 2:3 y has
sufrido, y has tenido paciencia, y has trabajado arduamente por amor de mi
nombre, y no has desmayado. 4 Pero tengo contra ti, que has
dejado tu primer amor. (Ya no trabajas con el mismo entusiasmo de
antes)
3.
Volverse
indiferente por la maldad de la gente. Mat
24:12 y por
haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriará. 13 Mas el que persevere hasta el
fin, éste será salvo.
4.
Hastiarse de la
vida cristiana. Pro 14:14 De sus caminos será hastiado el
necio de corazón; Pero el hombre de bien estará contento del suyo.
5. Permitir el deterioro de su vida
moral y espiritual. 2Pe
2:20 Ciertamente, si habiéndose ellos escapado de las
contaminaciones del mundo, por el conocimiento del Señor y Salvador Jesucristo,
enredándose otra vez en ellas son vencidos, su postrer estado viene a ser peor
que el primero.
CAUSAS QUE PUEDEN DETERIORAR LA VIDA ESPIRITUAL DE UN CREYENTE
1.
La ausencia
prolongada del líder espiritual. Éxo 32:1 Viendo el pueblo que Moisés tardaba en descender del monte, se
acercaron entonces a Aarón, y le dijeron: Levántate, haznos dioses que vayan
delante de nosotros; porque a este Moisés, el varón que nos sacó de la tierra
de Egipto, no sabemos qué le haya acontecido. Éxo 32:7 Entonces
Jehová dijo a Moisés: Anda, desciende, porque tu pueblo que sacaste de la
tierra de Egipto se ha corrompido. 8 Pronto se han apartado del camino que yo les mandé; se han
hecho un becerro de fundición, y lo han adorado, y le han ofrecido sacrificios,
y han dicho: Israel, estos son tus dioses, que te sacaron de la tierra de Egipto.
2.
Tener
malas asociaciones o relaciones predilectas con gente impía. Ejem.
Salomon. 1Re 11:4 Y cuando Salomón era ya viejo, sus mujeres
inclinaron su corazón tras dioses ajenos, y su corazón no era perfecto con
Jehová su Dios, como el corazón de su padre David.
3.
Darle
poca profundidad o importancia a la Palabra de Dios. Luc 8:13 Los de sobre la piedra son los que habiendo
oído, reciben la palabra con gozo; pero éstos no tienen raíces; creen por algún
tiempo, y en el tiempo de la prueba se apartan.
4.
Tener una
vida vacía de Dios. Luc 11:24 Cuando
el espíritu inmundo sale del hombre, anda por lugares secos,
buscando reposo; y no hallándolo, dice: Volveré a mi casa de donde salí. 25 Y cuando
llega, la halla barrida
y adornada. 26 Entonces va, y toma otros siete espíritus
peores que él; y entrados, moran allí; y el postrer estado de aquel hombre
viene a ser peor que el primero.
5.
La
incredulidad a la Palabra de Dios. Jua 6:63-64 El espíritu es el
que da vida; la carne para nada aprovecha; las palabras que yo os he hablado
son espíritu y son vida. 64 Pero hay algunos de vosotros que no
creen. Porque Jesús sabía desde el principio quiénes eran los que no creían, y
quién le había de entregar.
6.
El amor
por las cosas de este mundo; lo mundano. Ejem. Demas. 2Ti 4:10 porque
Demas me ha desamparado, amando este mundo, y se ha ido a Tesalónica. Crescente
fue a Galacia, y Tito a Dalmacia.
CINCO FUNDAMENTOS PARA CRECER FIRMES
EN LA VIDA CRISTIANA.
1. Crecer en Cristo. Efe 4:14-15 para que ya no seamos niños fluctuantes, llevados por
doquiera de todo viento de doctrina, por estratagema de hombres que para
engañar emplean con astucia las artimañas del error, 15 sino que siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todo en
aquel que es la cabeza, esto es, Cristo.
2. Ser una vida fructífera. 2Co 9:10 Y el que da semilla al que siembra, y pan al que come,
proveerá y multiplicará vuestra sementera, y aumentará los frutos de vuestra
justicia. Pablo citando (Isa_55:10),
hace una analogía entre la agricultura y el mundo espiritual significando: Así como Dios recompensa a los que trabajan
la tierra, haciéndola fructificar abundantemente de acuerdo con lo que
sembraron, también lo hará con los que siembran semillas de amor y salvación en
Cristo.
3. Desarrollando una vida de amistad en amor
sin acepción de personas. 1Ts 3:12 Y el Señor os haga
crecer y abundar en amor unos para con otros y para con todos, como también lo
hacemos nosotros para con vosotros.
4. Perfeccionándose espiritualmente cada día
más. Heb 6:1 Por tanto, dejando ya los
rudimentos de la doctrina de Cristo, vamos adelante a la perfección; no echando
otra vez el fundamento del arrepentimiento de obras muertas, de la fe en Dios, 2 de la doctrina de bautismos, de la imposición de manos, de la
resurrección de los muertos y del juicio eterno.
5. Añadiendo más y más valores a la vida
cristiana. 2Pe 1:5-8 vosotros también, poniendo toda
diligencia por esto mismo, añadid a vuestra fe virtud (excelencia); a la virtud, conocimiento; 6 al conocimiento, dominio propio;
al dominio propio, paciencia; a la paciencia, piedad (sensibilidad); 7 a la piedad,
afecto fraternal; y al afecto fraternal, amor. 8 Porque si estas cosas están en
vosotros, y abundan, no os dejarán estar ociosos ni sin fruto en cuanto al
conocimiento de nuestro Señor Jesucristo.
6.
Creciendo
en gracia y sabiduría. 2Pe 3:18 Antes
bien, creced en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador
Jesucristo. A él sea gloria ahora y hasta el día de la eternidad. Amén.
Tres Ejemplos: Samuel. 1Sa 2:26 Y el joven Samuel iba creciendo, y era acepto delante de Dios y
delante de los hombres. Juan
bautista. Luc 1:80 Y
el niño crecía, y se fortalecía en espíritu; y estuvo en lugares desiertos
hasta el día de su manifestación a Israel. Jesús. Luc 2:40 Y
el niño crecía y se fortalecía, y se llenaba de sabiduría; y la gracia de Dios
era sobre él.
CONCLUSIÓN. La vida cristiana demanda firmeza sin
fluctuación.
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